Por qué el avión J-20 de China no puede ser rival para los F-22 y F-35 de Estados Unidos.


China ha declarado recientemente que su avión de combate stealth J-20 había alcanzado la capacidad operativa inicial. “El último caza furtivo J-20 de China ha sido comisionado en el servicio de combate de la fuerza aérea”, dijo el propio Ministerio de Defensa chino el 9 de febrero. Los analistas chinos calificaron los logros conseguidos por su país como un momento muy importante de romper el dominio occidental sobre los aviones sigilosos. “El J-20 cambiará la historia de la fuerza aérea en la región de Asia-Pacífico. En el pasado, solo los Estados Unidos y sus aliados como Japón eran capaces de armar aviones de combate sigilosos. Pero ahora, su monopolio en esta región ha sido roto por el J-20 chino“, dijo Song Zongping, experto militar, citado en los medios de comunicación oficiales. China ha presentado durante mucho tiempo al J-20 como un competidor de los aviones de quinta generación F-22 y F-35 de Estados Unidos. Pero un nuevo informe arroja dudas sobre esas afirmaciones. 


Concretamente, el South China Morning Post (SCMP), con sede en Hong Kong, informó que “China puso en servicio su primer avión de caza furtivo avanzado antes de lo previsto el año pasado, utilizando motores de parada temporal, frente a los crecientes desafíos de seguridad en la región”. Según el SCMP, eso “significa que sus capacidades serán muy limitadas, afectando a su maniobrabilidad y eficiencia de combustible, así como su sigilo a velocidades supersónicas”. La historia apunta que los J-20 fueron programados inicialmente para ser propulsados ​​por un motor W-15 especialmente diseñado. Sin embargo, durante las pruebas de 2015, el motor W-15 explotó. Aunque nadie resultó herido en la explosión, los ingenieros chinos no han podido reparar el motor. Una fuente dijo al periódico de Hong Kong que las “razones por las que sucedió eran complicadas, y una de ellas era el control de calidad de sus palas de turbina monocristalina, el componente clave de un potente motor turbofán tan potente”. 

Más concretamente, las palas de turbina monocristalina no han sido capaces de soportar las altas temperaturas y la maniobrabilidad del J-20. Un motor que puede manejar estas funciones es esencial para aviones de quinta generación. Como señala el artículo, motores como el Pratt & Whitney F119 del F-22 permiten a los cazas alcanzar velocidades supersónicas sin usar quemadores de postcombustión, lo que les permite mantener su sigilo. Sin un motor como este, el J-20 de Beijing carecería de sigilo mientras viaja a velocidades supersónicas. El problema no parece que se resuelva en un futuro cercano. Una segunda fuente militar china afirmó a SCMP: “Los técnicos chinos son capaces de producir palas de turbina monocristalina de alta calidad cuando se concentran en un solo elemento específico. Pero todavía no han conseguido convertir la tecnología avanzada en un producto estándar para la producción en serie. Es un problema de cuello de botella que necesita más tiempo para ser superado después de innumerables experimentos y pruebas, basados en experiencias occidentales”. Por el momento, los nuevos J-20 stealth listos para el combate de China están utilizando motores WS-10B. 

De acuerdo con el diario de Hong Kong, el WS-10B es una versión modificada del motor WS-10 Taihang, construido para propulsar a los cazas J-10 y J-11 de China. Esos cazas están etiquetados como aviones de cuarta generación. La relación empuje-peso del WS-10B no es capaz de impulsar al J-20 a velocidades supersónicas sin el uso de quemadores de poscombustión. No es la primera vez que el J-20 necesita nuevos motores. Inicialmente, China había utilizado dos motores rusos AL-31 para accionar los aviones de combate J-20. Estos motores son incluso menos capaces que los WS-10B que China produce en el país. Pekín ha presionado a Moscú para que le venda motores más avanzados, pero Rusia se ha negado debido a las preocupaciones de que China los manipulará inversamente, como lo ha hecho con otros sistemas militares. La negativa de Rusia hizo que China comenzara a invertir fuertemente en motores de fabricación nacional. De hecho, “expertos militares” dijeron al periódico South China Morning Post (SCMP) que Pekín gastó alrededor de 23.700 millones de dólares entre 2010 y 2015 tratando de desarrollar motores aeroespaciales más modernos. 

Los medios de comunicación estatales chinos han presumido previamente de que estos esfuerzos dieron sus frutos. La Televisión Central China afirmó el año pasado que los motores del W-15 estaban funcionando de manera comparable al Pratt & Whitney F119. Evidentemente, ese no es el caso. Sin embargo, es casi seguro que China acabará superando sus problemas en la construcción de sofisticados motores aeroespaciales. El artículo de Reuters dijo que algunas fuentes afirmaron que Pekín estaba contratando ingenieros extranjeros y oficiales de la fuerza aérea para ayudar en la producción, aunque Reuters añadió que no podía confirmar independiente esas afirmaciones. Y, una empresa de consultoría aeroespacial con sede en Shanghai, del grupo Galleon, estima que China invertirá alrededor de 300.000 millones de dólares en las próximas dos décadas para desarrollar motores de aviones civiles y militares. Lo que es evidente, es que por el momento, los aviones chinos no están en el mismo nivel que sus homólogos estadounidenses. (Jesús.R.G.)

Fuente: https://www.popularmechanics.com/
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