Un buque de EE.UU., sacudido por cuatro toneladas de explosivos.


 
La nave de combate litoral de la Marina de Estados Unidos USS Jackson (LCS 6) completó el pasado 10 de junio su primera prueba de choque, en el curso de la cual 4.535 kilos de explosivos fueron detonados en el océano Atlántico. Después de la prueba el barco regresó al puerto de Mayport, Florida, donde fue inspeccionado por especialistas que recabaron datos de las cámaras y monitores de a bordo. Las dos siguientes pruebas de choque se realizarán con la misma cantidad de explosivos que detonarán cada vez más cerca de la nave.
Las pruebas de choque son pruebas diseñadas "para demostrar la capacidad del buque de resistir a los efectos de una explosión submarina cercana y mantener la capacidad requerida", reza un comunicado de la Marina de EE.UU. "Esto no es una broma, las cosas se mueven, los objetos se caen de los mamparos", comentó el contraalmirante Brian Antonio. "Algunas cosas se van a romper. Tenemos modelos que predicen cómo la electrónica se va a mover y cómo los compartimentos se van a mover, pero algunas cosas van a suceder y vamos a aprender mucho de esta prueba", contó. (Jesús.R.G.)

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