La OTAN denuncia la presencia de nuevas tropas rusas junto a Ucrania.


Rusia se mueve en zigzag en la crisis ucrania. Tras retirar una buena parte de las tropas que tenía desplegadas en el límite con Ucrania, Moscú ha vuelto a desplazar unidades a ese territorio fronterizo. Se trata de varios miles de soldados, según alertó ayer el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen. El movimiento se produce después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, hubiera dado muestras de acercamiento a una solución dialogada en el conflicto ucranio. Las maniobras demuestran que la contienda está lejos de solucionarse. “Puedo confirmar que estamos observando un nuevo incremento de las fuerzas militares rusas. Al menos varios miles de efectivos han sido desplegados en la frontera con Ucrania”, aseguró Rasmussen en una visita a Londres, una de las capitales más partidarias de endurecer las sanciones a Rusia por su participación en el conflicto ucranio. El líder de la OTAN lo consideró un “lamentable paso atrás” que revela la intención de involucrarse más en el conflicto. 

“No parecen dedicarse a patrullar, sino que parecen estar concentrándose a la espera de órdenes”, aclaró en conferencia de prensa. La Alianza Atlántica rastrea cada movimiento de las unidades rusas en la frontera con Ucrania. Cuando Moscú anunció que había empezado a retirar parte de los 40.000 militares que llegó a tener desplegados en la zona, Rasmussen lo desmintió de inmediato. Rusia mantuvo sus unidades con el argumento de prepararse para defender los intereses de los prorrusos en el Este del país. Como señal de distensión, Putin comenzó a retirarlas hace unas semanas, una decisión que ahora parece revertirse. Las maniobras que la OTAN dice haber observado sirvieron a Rasmussen para pedir que se apliquen nuevas sanciones contra Rusia, un movimiento que lleva más de un mes congelado por la hipótesis de que pudiera haber una solución negociada (y por el poco apetito europeo a apretar más las tuercas a Putin). Pero Estados Unidos, que presiona a Europa para que eleve el tono, ya ha advertido de que se avecinan nuevos castigos económicos si la situación no se suaviza. Tras reunirse con el primer ministro británico, David Cameron, Rasmussen abogó por aplicar sanciones más duras si se mantiene la escalada de tensión. 

Putin mantuvo ayer una conversación telefónica a tres bandas con la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, para dar explicaciones por el movimiento más claro de escalada de los últimos días: el corte del gas a Ucrania. Los líderes discutieron sobre las repercusiones que tendrá en la UE la decisión adoptada el lunes por Gazprom, el gigante energético ruso, de cerrar el grifo energético a sus vecinos ucranios. La Comisión Europea ya advirtió ese día del potencial riesgo para la UE, cuyas necesidades gasísticas dependen de Rusia en un 39% y la mitad del suministro transita por Ucrania. Bruselas fijó para final de año el momento a partir del cual podría haber problemas de bombeo al territorio comunitario. Putin, Merkel y Hollande hablaron “de las consecuencias potenciales que tiene para la seguridad energética y económica europea el fracaso de las negociaciones con Kiev para saldar su deuda de gas con Rusia”, según una nota del Kremlin. Bruselas actuó de intermediaria en este diálogo. El líder ruso expresó además su “gran preocupación” por la operación militar de Kiev contra los rebeldes prorrusos del Este de Ucrania. (J.R.G.)


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