Bombarderos rusos realizaron ejercicios simulando un ataque contra emplazamientos de defensa antimisiles de EE.UU. ubicados en Asia.


Bombarderos estratégicos rusos realizaron ejercicios simulando un ataque contra emplazamientos de defensa antimisiles de EE.UU. ubicados en Asia, informó este viernes el diario ‘Washington Beacon’. 

Pese a que los funcionarios del Pentágono y del Ministerio de Defensa ruso no han confirmado estos datos, el autor del artículo, Bill Gertz, cita fuentes militares estadounidenses que afirman que los bombarderos rusos llevaron a cabo dichas maniobras. Sostiene que estas supuestamente se registraron en febrero, pero que el Pentágono únicamente fue notificado de ello recientemente. La publicación plantea que las futuras conversaciones entre Washington y Moscú acerca del escudo antimisiles de defensa de EE.UU. podrían verse afectadas por estos ejercicios. Asimismo, indica que el pasado 26 de febrero, el bombardero Tu-22M llevó a cabo un simulacro de ataque con misiles contra un destructor de la Armada estadounidense equipado con el sistema de defensa antimisiles Aegis, cerca de la costa japonesa. Según las mismas fuentes, al día siguiente se produjo otro incidente. El bombardero Tu-22M realizó otro simulacro de ataque con misiles de crucero sobre las instalaciones de misiles de defensa en Japón. El Pentágono posee un radar de defensa antimisiles de tipo X-band en el extremo norte de Japón, que está diseñado para monitorear el lanzamiento de misiles de Corea del Norte y transmitir los datos a los buques que portan misiles. 

De acuerdo con el artículo, el simulacro se produjo mientras Rusia está acumulando fuerzas en el Pacífico mediante la modernización de los submarinos y la construcción de una nave espía precisamente para la recolección de datos de inteligencia sobre la defensa antimisiles de EE.UU. Según la publicación, las autoridades informaron que no está claro por qué los rusos realizaran dichas maniobras. Sin embargo, las simulaciones pueden indicar que Moscú ha dirigido sus misiles balísticos a Japón o a bases militares estadounidenses en la región, sostiene el artículo. El escudo antimisiles de EE.UU. en Europa es, desde su planteamiento, un punto de fricción entre Moscú y Washington. Rusia considera este programa como una violación de todos los acuerdos armamentísticos firmados entre los dos países. La situación pareció que iba a cambiar en noviembre de 2010, cuando en la cumbre de Lisboa, Rusia y la OTAN acordaron colaborar en la defensa antimisiles para Europa. Sin embargo, las negociaciones se vieron entorpecidas por la renuencia de EE. UU. a presentar garantías jurídicas de que el sistema que pretende desplegar en Europa no va dirigido contra las fuerzas estratégicas rusas. 

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