Comienza la homologación de los nuevos cascos y chalecos del Ejército

El Ejército de Tierra contará con unos nuevos cascos y chalecos antibalas para 2013. Eso, si los presupuestos lo permiten, porque en lo que respecta al proceso de homologación de estos nuevos materiales de protección individual para el combatiente, la certificación de los nuevos modelos estará lista la próxima primavera.

El Instituto Tecnológico La Marañosa (ITM) comenzará el proceso de homologación de los cascos y chalecos antibalas de diferentes empresas en el mes de diciembre, según anunció ayer el director del ITM, general José Luis Orts, y se calcula que el proceso haya concluido para el mes de marzo. Una vez que el ITM haya decidido qué modelos son los adecuados para responder a las necesidades del Ejército ("y habrá que hacer multitud de ensayos", dijo Orts), todo dependerá de que haya o no dinero para adquirirlos. Así lo subrayó ayer el general Orts durante la presentación del Cuaderno número 10 de la Cátedra Isdefe-UPM, en Madrid.

La importancia de la protección balística
Precisamente este nuevo Cuaderno de la Cátedra, titulado 'Materiales para la Defensa', aborda la importancia de la protección balística del combatiente y de los vehículos en los que se desplazan las tropas. El autor de la obra, el catedrático de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros (ETSI) de Caminos, Canales y Puertos, Vicente Sánchez Gálvez, aseguró que los blindajes add-on (de cerámica y aluminio) son los más adecuados para los vehículos que se envían a las distintas zonas de operaciones. El concepto de blindaje add-on, y así lo explica el autor en el Cuaderno, consiste en disponer paquetes o kits que se instalan sobre el casco del vehículo cuando éste se encuentra ya en la zona de riesgo, de tal manera que cuando el vehículo circula por áreas de conflicto va bien protegido, aunque su movilidad sea más reducida.

El profesor Sánchez Gálvez, que colaboró con Santa Bárbara Sistemas en el blindaje de los vehículos de combate de Infantería/Caballería Pizarro y, en la actualidad, lo hace con la empresa italiana Otto Melara para el blindaje de los Centauro, señaló, en la presentación de ayer, que un ejemplo de tecnologías de doble uso "es la ciencia de los materiales", porque los avances que se producen en un ámbito "revierten en beneficio del otro". El general Orts insistió, por su parte, en que, al igual que la amenaza está en constante evolución, "la lucha contra ella también lo está". La protección balística, y así lo subrayaron tanto el director del ITM como el autor de la obra, es fundamental en cualquier teatro de operaciones. "En los últimos años -contextualizó el profesor Sánchez Gálvez- las armas han sufrido un desarrollo espectacular; de los proyectiles básicos se ha pasado a las cabezas de guerra; se han desarrollado armas letales con una enorme capacidad de penetración; la única alternativa para protegerse frente a estas amenazas consiste, por tanto, en investigar y emplear otros materiales". 

Porque, y así lo subrayó, "los vehículos que hemos llevado a zonas de conflicto en ocasiones no tenían la protección suficiente". Este aspecto referenciado por Sánchez Gálvez se solventó con la sustitución de los BMR (Blindados Medios Ruedas) por los nuevos vehículos 'Lince', con los que se mejoró significativamente la protección de las tropas desplegadas en misiones internacionales. Pero, al final, la conclusión de todos los expertos en esta materia es que "la protección total no existe", lo cual no es óbice para que se siga investigando y experimentando, como así ocurre en el caso del ITM y del propio profesor Sánchez Gálvez. En la presentación del Cuaderno nº 10 de la Cátedra Isdefe-UPM, que se celebró en la ETSI de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid, estuvieron también el director de la Escuela de Caminos, Juan Antonio Santamera, y el director de la Cátedra, el catedrático de la ETSI de Telecomunicación Vicente Ortega.

Fuente: http://www.revistatenea.es/

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