Las conversaciones entre Estados Unidos y Rusia sobre la defensa
misilística y los programas para la reducción de armas nucleares están
prácticamente estancadas desde el pasado mayo, cuando Barack Obama, con el
micrófono abierto, susurró al primer ministro Dmitri Medvédev que no tendría
libertad de actuación hasta que hubiese terminado la campaña presidencial. Bien, las elecciones han terminado y ganó Obama. Ahora
llega la parte más difícil, motivo por el que un grupo de expertos en seguridad
y responsables políticos de EE UU, Rusia, Francia, Pakistán, Israel e Irán se
han reunido en Moscú este mes para discutir las perspectivas de una reducción
global de armas nucleares. Una vez más, los líderes rusos expresaron su preocupación sobre
el sistema de defensa antimisiles desarrollado principalmente por EE UU.
El viceprimer ministro ruso, Dmitri Rogozin, dijo que las armas
nucleares habían desempeñado durante mucho tiempo un importante papel
disuasorio, ya que "igualaban las oportunidades de las diferentes
potencias" e impedían que se enzarzasen en un enfrentamiento
militar". Pero Rogozin también afirmó en las jornadas "Armas
nucleares y seguridad internacional en el siglo XXI", celebradas en Moscú,
que esta estabilidad está amenazada. El viceprimer ministro argumentó que un
sistema de defensa antimisiles creado por los EEUU es potencialmente capaz de
interceptar misiles balísticos intercontinentales y limitaría por tanto la
capacidad de Rusia de mantener una igualdad estratégica con los EE UU. Por su parte, el viceministro de Asuntos Exteriores, Serguéi
Riabkov también pronunció una conferencia en la sesión del 8 de noviembre de
estas jornadas, patrocinadas por el Consejo Ruso de Relaciones Internacionales
(RIAC), el Instituto Estatal de Moscú para las Relaciones Internacionales y el
proyecto Global Zero.
"La estabilidad estratégica significa la capacidad de
prevención de un primer ataque, bajo la amenaza de represalias que causarían
daños inaceptables", dijo Riabkov. "A pesar de las reducciones, la estabilidad Rusia-EE UU aún
está basada en la noción de destrucción mutua asegurada. Rusia ve como una
amenaza los intentos de otros países de conseguir supremacía militar mediante
el desarrollo de potencial militar de alta tecnología y la formación de un
sistema global de defensa antimisiles" Richard Burt, exembajador estadounidense en Alemania y
responsable del proyecto Global Zero, con sede en Washington, que aboga por la
eliminación total de todas las armas nucleares, dijo que EE UU y Rusia deberían
no reiniciar, sino rediseñar sus relaciones. Afirmó que los dos países tienen una oportunidad de cooperar en
la resolución de asuntos relacionados con la proliferación nuclear en todo el
mundo, especialmente en Irán y Corea del Norte.
“La estabilidad estratégica depende ahora de un gran número de
variables, no solo de si los EE UU y Rusia pueden destruirse mutuamente"
aseguró Burt. "El programa nuclear iraní y sus
consecuencias para la región, o la situación en Oriente Próximo son ahora una
amenaza mucho más importante para la estabilidad". En la inauguración del congreso, Ígor Ivanov, presidente de RIAC
y exministro de Asuntos Exteriores, comentó: "Las armas nucleares tienen
un importante impacto en la totalidad del sistema político mundial, que se
extiende mucho más allá de las relaciones entre EE UU y Rusia. No pueden usarse
como armas militares, pero son un instrumento importante en política" El desarrollo del escudo antimisiles por los EE UU y sus
aliados, así como las armas hipersónicas y las sofisticadas municiones de
precisión teledirigidas, reducen la necesidad de armas nucleares.
Pero estos avances tecnológicos también incrementan la sensación
de inseguridad en otros poderes. Numerosos países creen que las armas nucleares
palían sus diferencias en capacidades militares con sus rivales y otras
potencias. Cambiar completamente el contexto, desde un "juego de suma
cero" a un clima de cooperación internacional requiere un nivel de
confianza que aún falta 20 años después del fin de la Guerra Fría. Los responsables del gobierno ruso insisten en que las
afirmaciones de EE UU de que ningún sistema de misiles se dirigirá contra Rusia
son insuficientes. "No nos fiamos de las palabras, ni siquiera cuando están
sobre el papel. Necesitamos garantías de metal, no de papel", dijo
Rogozin, dando a entender que la implementación del escudo antimisiles
estadounidense frena el impulso hacia la reducción del arsenal de cabezas
nucleares. En todo caso, hace que sea más firme la determinación rusa de
conservarlas.
Rogozin afirmó efectivamente que los dos países deberían
perseverar en encontrar medidas para cimentar una confianza mutua, que
contribuiría a mejorar la seguridad internacional. Estas medidas incluirían
potenciar la cooperación militar entre Rusia y la OTAN, así como cambios en la
planificación militar. Viacheslav Nikonov, uno de los principales responsables del
comité de relaciones internacionales en el Parlamento ruso, dijo "siendo
realistas, estamos todavía muy lejos de un mundo sin armas nucleares". "Los líderes de EEUU nunca han ofrecido de manera oficial
la posibilidad de la abolición total de las armas nucleares", hizo notar. "En los debates sobre reducción de armamento, Rusia siempre
ha sugerido niveles para los arsenales nucleares significativamente más bajos
que los EE UU, mientras que otros miembros del club nuclear, como Gran Bretaña,
Francia y China ni siquiera mostraron interés en unirse a las charlas, por no
mencionar ya la aplicación real de restricciones. Además, existen potencias
nucleares "no oficiales", como India, Pakistán o Israel, que ni
siquiera discuten su arsenal nuclear con nadie".
Fuente: http://rusiahoy.com/
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