Nuevo objetivo de Al Qaeda: el diseño de armas químicas portátiles contra Occidente.


Recientemente recibíamos la noticia de la detención en España de un grupo formado por tres presuntos yihadistas -dos chechenos y un turco-, con conexiones con un grupo yihadista paquistaní (Lashkar e Taiba) vinculado a la organización terrorista Al Qaeda. Los objetivos no estaban claramente definidos, pero el interés mostrado por la célula apuntaba a diversas instalaciones en Gibraltar. Con un peculiar modus operandi para la ejecución del posible atentado sin llegar a ser detectados 'por medio de un avión de aeromodelismo o un ultraligero' con capacidades de poder lanzar una carga explosiva o quizá química contra los objetivos seleccionados'.

La posibilidad de cometer un atentado en la ciudad de Cádiz o bien en Gibraltar haciendo uso de cualquiera de estos medios aéreos podría ser determinante para alcanzar el éxito en la medida que permitiría salvar cualquier barrera de seguridad física sin llegar a ser detectados como, por ejemplo, en instalaciones militares y navales, embarcaciones en tránsito, edificios gubernamentales, incluso en acontecimientos públicos y grandes concentraciones humanas. Y son precisamente estos dos últimos objetivos -grandes concentraciones humanas y acontecimientos públicos- los que elevan la alerta ante la posibilidad de que efectivamente pudieran estar preparando un atentado terrorista.

Coincidiendo con esas fechas, recibíamos también noticias de la existencia de un nuevo documento electrónico que era difundido en diversos sites yihadistas, integrados en la nebulosa de Al Qaeda. En el tercer volumen del referido documento, con más de 140 páginas, localizábamos un verdadero manual yihadista para la fabricación de armas químicas, en concreto para la elaboración de una toxina conocida como 'Ricina'. Siendo los destinatarios finales de este tipo de manuales las células y los grupos yihadistas, además de seguidores islamistas y usuarios de los canales electrónicos radicales.

Pues bien, el análisis científico-técnico del referido manual aporta un gran número de datos de enorme valor, al permitirnos conocer el posible modus operandi a emplear en el futuro, y las posibilidades reales o no de éxito, siguiendo las instrucciones del manual. Por lo que hemos constatado no solo el interés actual en la búsqueda de capacidades para la puesta en marcha de este tipo de ataques terroristas con armamento químico, sino también, y esto es lo más inquietante, la voluntad de la organización terrorista Al Qaeda de emplear este tipo de armamento a través de dispositivos portátiles automáticos de pequeñas dimensiones, verdaderamente difíciles de detectar.

Uno de los principales responsables de la existencia de estos manuales de producción de armas químicas (provenientes de manuales militares norteamericanos) fue Ali Muhammad, un yihadista próximo a Ayman Al Zawahiri y a su célula de la Yihad Islámica egipcia. Quien se dedicó a la traducción de éstos manuales en los campos de entrenamiento yihadista en Afganistán y Georgia. En el manual de Al Qaeda observamos con todo lujo de detalles aspectos técnicos -el manual se acompaña también de un vídeo- sobre como desarrollar el proceso de sintetizar y obtención de la toxina de la Ricina. Debemos subrayar que las toxinas son sustancias químicas producidas por seres vivos -considerados agentes biológicos-, y la ventaja que representa la producción de esta toxina reside precisamente en la facilidad de encontrar sus semillas, al ser una planta ampliamente distribuida por todo el mundo.

También observamos un gran interés por informar, a quienes lleguen a desarrollar pruebas con dicha toxina, de la enorme cantidad de variedades de la planta de la ricina con la finalidad de poder obtener sus semillas. Pero sobre todo a la hora de explicar abiertamente qué tipo de síntomas y efectos, así como del periodo de latencia existente ante una intoxicación. Sin embargo, el dato más positivo es la existencia de una gran cantidad de información que se halla desestructurada y es muy repetitiva, incluso confusa y contradictoria. Además, en uno de los pasos importantes en cuanto al procedimiento a emplear para la extracción de la toxina, comprobamos que es ciertamente rudimentario y de escasa eficacia, si lo que de verdad se pretende es la obtención de un producto para ser empleado en un atentado y provocar un elevado número de víctimas. Lo que permite afirmar que quien desarrolló el manual pudo incurrir en diversos e importantes errores.

Y aquí es donde observamos nuevamente otra circunstancia inquietante en cuanto a la elaboración del manual yihadista. Su autor, al percatarse de la existencia de serias dificultades para diseñar un dispositivo técnico con capacidades de diseminar la toxina y causar así un elevado número de víctimas o bajas masivas, diseña otra fórmula de operar para lograr el mismo objetivo aunque generando un numero de bajas muy inferior. Que no es otro que el diseño de pequeños dispositivos para inyectar la toxina en objetivos previamente seleccionados. Es indudable la existencia de un cambio de estrategia desde la nueva dirección de la organización terrorista Al Qaeda, responsabilidad de Ayman Al Zawahiri, al querer apostar por el diseño y empleo de este tipo de armas o artefactos químicos portátiles contra Occidente. 

Sobre todo para la consecución de objetivos pretendan provocar un impacto psicológico en la sociedad occidental, producido tras alcanzar con éxito un atentado de esas características en grandes concentraciones humanas o en acontecimientos públicos de mayor calado. La difusión y disponibilidad del mencionado manual terrorista obliga irremisiblemente a mantener con mayor insistencia nuestro nivel de alerta frente a la amenaza de Al Qaeda, y muy especialmente frente al nodo de Al Qaeda en el Magreb. España debe continuar con la misma fuerza e intensidad su lucha contra el terrorismo yihadista, aumentando sus capacidades de seguridad, inteligencia operativa y de análisis, pero sobre todo el aumento en la cooperación con nuestros países vecinos de Norte de África, además del existente con países de la UE y los EE UU.

Fuente: http://www.revistatenea.es/

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