Boeing anuncia la ampliación de su oferta de venta del caza F-18 Super Hornet.

 
El aplazamiento para diciembre de 2012 del anuncio de la elección de la aeronave vencedora del concurso FX-2, que definirá un nuevo vector de combate de la Fuerza Aérea de Brasil, trae nuevo movimientos. Boeing y su F-18 Super Hornet muestran su musculatura en la industria aeroespacial de Estados Unidos para vencer en esta larga concurrencia. Según el vicepresidente del programa Boeing F/A18, Mike Gibbons, “el paquete de transferencia de tecnología del caza Super Hornet podrá ser ampliado en la medida en que se profundice la cooperación entre los gobiernos de Estados Unidos y de Brasil y entre las compañías de ambos lados involucradas en el proyecto”. Boeing ya estableció una asociación con AEL, subsidiaria en Brasil de la israelí Elbit Systems, para la fabricación de nuevas pantallas de panel de control para sus cazas, incluyendo los eventuales F-18 que serán entregados en Brasil.  La compañía americana hace de esos acuerdos con Embraer y AEL ejemplos de cooperación que pretende mantener con otras empresas brasileñas, sea como proveedora de piezas y partes o como asociada para la concepción de futuros aviones, tanto en el mercado militar como en el mercado de aeronaves civiles comerciales. 
 
Desde el año pasado, Boeing ha demostrado su especial interés en la ampliación de negocios con Brasil. La empresa abrió oficina en Sao Paulo, anunció un centro de investigación y desarrollo anunciado por su nueva representante en el país, la ex embajadora americana en Brasilia Donna Hrinak y, en las últimas semanas, firmó acuerdos con Embraer para el perfeccionamiento del A-29 Super Tucano, con la integración de nuevos sistemas y armamentos y para prestar importante apoyo en las ventas del carguero KC-390 a los Estados Unidos y a otros países, realizando así un antiguo deseo de Embraer, el acceso de sus productos al codiciado mercado norteamericano de Defensa. Desde 2007, Boeing sintetiza su oferta al público brasileño como la del mejor coste-beneficio. Los F-18 Super Hornet ya fueron probados en innumerables ocasiones en combate. 

El precio, según la acotación de venta para la Armada estadounidense es de cerca de 60 millones de dólares la unidad y acredita que los de la Fuerza Aérea de Brasil, se ser vencedora del FX-2, tendrá más o menos ese mismo valor. En mes pasado, el ministro de Defensa de Brasil, Celso Amorim, ya había conseguido obtener de los tres contendientes del FX2 (Boeing, Dassalt y SAAB) la promesa de congelar sus ofertas de venta y precios hasta el 31 de diciembre. El anuncio del vencedor deberá conocerse antes de esta fecha. El Gobierno brasileño decidió esperar al resultado oficial de las elecciones, tanto en Brasil como en Estados Unidos. Es la continuación de la estrategia utilizada con la reciente elección presidencial francesa, aguardar la confirmación del escenario político en ambos países con empresas es están compitiendo en este programa, junto a la consolidación del panorama electoral interno.

Fuente: http://www.infodefensa.com/

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