Las tropas españolas en Afganistán incorporarán mujeres en todos los controles y patrullas ante el éxito de la táctica talibán de ocultar terroristas bajo un burka.

Cambio de estrategia de los talibanes afganos, constatado durante el reciente ataque contra sedes diplomáticas occidentales en Kabul. Los insurgentes que cometieron el ataque se camuflaron bajo un burka, y ahora la ISAF teme la proliferación de esta técnica: ha dado instrucción de que haya mujeres en cada patrulla y control de carretera.

Una buena parte de los insurgentes que llevaron a cabo esta operación –una de las mayores ofensivas contra objetivos políticos de los últimos años- llegaron hasta la capital afgana camuflados bajo burkas, la tradicional y polémica prenda de vestir que cubre desde la cabeza hasta los pies a las mujeres que viven bajo los preceptos más radicales del islám. No es la primera vez que elementos de la insurgencia utilizan la prenda islámica para esconderse. Abdul Rachid Aziz, un importante líder islámico pakistaní, trató de librarse del cerco de la policía camuflado bajo un burka. El suceso tuvo lugar en 2007, y el ‘truco’ no tuvo éxito.

Más recientemente, en Kabul en 2010, tres hombres vestidos con burka se hicieron pasar por mujeres para entrar en el recinto donde se estaba celebrando una importante conferencia de Paz. Su objetivo era detonar los tres cinturones explosivos que llevaban adosados cuando se encontrasen a poca distancia de las personalidades internacionales que acudieron a aquella cita. Fueron descubiertos y abatidos. Pese a estos fracasos, la insurgencia ha mantenido esta estrategia del burka entre su abanico de ‘trucos’ para saltarse los controles de seguridad. Y en el último ataque les ha salido bien, ya que consiguieron llegar hasta el corazón del distrito diplomático de Kabul.

Ordenes ISAF: controles de mujeres
Según informan fuentes militares a El Confidencial Digital, involucradas en el análisis de los riesgos para los soldados españoles, existe cierto temor entre el mando de la misión internacional afgana a que se extienda este uso del burqa como camuflaje para atentar. La ISAF, por ello, ha recomendado a sus aliados –España incluida- que pongan en marcha una serie de medidas para evitar que la insurgencia comience a utilizar indiscriminadamente esta técnica.

Una de las que ya se ha trasmitido es situar a mujeres militares de países aliados –en el Ejercito Nacional Afgano no hay mujeres dedicadas a tareas operativas- entre los equipos que desplieguen en controles improvisados de carretera o realicen registros rutinarios. De esta forma, se reduciría la posibilidad de levantar suspicacias ante la identificación de mujeres que lleven burqa, ya que el objetivo de ésta es ocultar de manera absoluta cualquier rasgo de la mujer. Si el registro se llevase a cabo con mujeres, dicen estas fuentes, el impacto en la población sería mucho menor.

Fuente: http://elconfidencialdigital.com

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