UAV híbrido, de pequeño tamaño, para la Fuerza Aérea estadounidense.

 Lanzamiento de un UAV Raven

El desarrollo de este tipo de avión no tripulado (UAV) responde a la necesidad del Mando de Operaciones Especiales y del Mando de Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea de disponer de UAV de pequeño peso (menos de 9 kg) y gran autonomía (más de 4 horas) para realizar misiones de reconocimiento, vigilancia y localización de objetivos, en apoyo de convoyes, defensa del perímetro de las bases avanzadas y de personas e infraestructuras críticas. En febrero de 2011, la Fuerza Aérea lanzó el programa SURGE-V (Small Unmmaned Renewable enerGy long Endurance Vehicle program) para desarrollar un UAV portátil, de propulsión híbrida, de menos de 9 kg y que transportase una carga útil de equipos electro-ópticos de 1,8 kg, para misiones en terreno difícil y con una autonomía de 4 horas.

Otras características del SURGE-V UAV son operar con vientos de más de 64 km/h, a temperaturas de -35º C, a altitud superior a 7.600 m, en ambientes con polvo, arena, lluvia y nieve y elevada humedad. Debería tener firmas acústica, térmica y visual bajas para evitar su detección y debería ser transportado y operado por una persona. En la primera fase del programa, se diseñaría un sistema de propulsión híbrida, que funcionase con energías renovables; en la segunda, se realizaría la demostración en tierra del sistema de propulsión integrada y de la carga del SURGE-V; en la tercera se realizarían vuelos de prueba del sistema. El coste total del programa es de 2,2 millones de dólares.
En mayo de 2011, Elbit Systems (por un valor de 388.000 dólares) y Lockheed-Martin (399.000) fueron seleccionados para desarrollar el sistema de propulsión híbrido verde de la primera fase. Y recientemente la Fuerza Aérea ha seleccionado para la segunda fase a Lockheed-Martin para que desarrolle y pruebe en tierra el sistema de propulsión integrada y de carga útil, por un valor de 1,1 millones de dólares. Lockheed-Martin también deberá optimizar el sistema de energía y propulsión, comprobar su resistencia a choques y vibraciones, y deberá demostrar que el sistema es estable aerodinámicamente, tiene la suficiente potencia para el ascenso y consigue la autonomía deseada, en un entorno operativo simulado.

Fuente: http://www.revistatenea.es

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