Corea del Norte, una máquina de guerra que nunca se va a activar.


El pasado 19 de diciembre, cuando Corea del Norte anunció la muerte de su dirigente Kim Jong-il, el Ejército norcoreano decidió ostentar su fuerza.

Al morir, Kim Jong-il dejó una colosal máquina de guerra que desempeña un papel muy importante en el país. ¿Cómo es esta máquina ahora y cómo será en el futuro?
Las Fuerzas Armadas de Corea del Norte son un elemento del sistema estatal norcoreano, un Estado dentro del Estado, que pasó a ser la razón de ser del Estado cívico.

Más de un millón de militares norcoreanos dotados de una gran cantidad de armamento y material obsoleto garantizan la seguridad. Según estimaciones de expertos, Corea del Norte gasta en Defensa un 33% de sus recursos financieros. Y el volumen de economía del país es muy bajo. El Producto Interno Bruto (PIB) de Corea del Norte equivale a un 2-4% del PIB de Corea del Sur.

Durante los últimos 60 años, Pyongyang está preparándose para una nueva guerra. En realidad, hoy en día, nadie cree que estalle una guerra, pero todos siguen preparándose, como un Ejército de hormigas que construyen un hormiguero sobre un terreno pobre. Parece que la industria de guerra es lo mejor de lo que dispone Pyongyang, porque los demás sectores económicos norcoreanos son poco desarrollados.

Corea del Norte consiguió muchos éxitos en el ámbito de Defensa. Esto reviste una importancia especial, teniendo en cuenta el nivel muy bajo de las fuerzas productivas, el déficit de recursos naturales, incluido el petróleo y gas, falta de buenos centros de ingeniería y ciencia, así como el bloqueo internacional que complica el acceso a las tecnologías modernas.

Corea del Norte pudo dotar su Ejército con armas de fuego y municiones de fabricación propia. El país asiático fabrica también sistemas de artillería, incluidos los de largo alcance, y vehículos blindados. Según expertos, el nuevo tanque norcoreano "Tigre de la Tormenta" fue diseñado tomando como prototipo el modelo soviético Т-72 y es capaz de competir con las versiones modernizadas de esta familia de carros blindados.

Pero, teniendo en cuenta el efectivo orgánico del Ejército de Corea del Norte, el país puede realizar su rearme a ritmos muy lentos, porque la industria nacional es incapaz de satisfacer la demanda de nuevo armamento y material. El déficit de lubricantes asimismo impone restruciones al uso del material bélico. En el ámbito de construcción de aviones, la situación es aún más crítica. La industria de guerra norcoreana, incapaz de fabricar aparatos modernos, se limita a reparar aviones caducados de fabricación soviética (MiG-19, MiG -21) y china (MiG-23P/ML).

En su tiempo, Corea del Norte consiguió ensamblar 30 cazas MiG-29 de las piezas suministradas por la Unión Soviética a finales de los 80. Hoy en día, esta experiencia le ayuda a mantener la disponibilidad operacional de las unidades de aviación dotadas con los arriba mencionados MiG-29 y aviones de asalto Su-25.

Mención aparte merecen la fabricación de armamento nuclear y la construcción de misiles en Corea del Norte.  Pyongyang consiguió muchos éxitos en materia de defensa antimisiles. Corea del Norte se proclamó potencia nuclear en 2005 y efectuó dos pruebas nucleares en 2006 y 2009, a las que el Consejo de Seguridad de la ONU reaccionó con sanciones.

Es difícil pronosticar si Corea del Norte tiene hoy por hoy en sus arsenales armas nucleares en su forma más peligrosa, es decir, ojivas de misiles balísticos. Pyongyang sí que posee misiles balísticos y continúa su desarrollo. Se supone que Corea del Norte ha compartido ilegalmente la tecnología de construcción de misiles con Irán y, posiblemente, Pakistán. A diferencia de Teherán que tendrá dificultades para batir blancos en el territorio de sus enemigos, Pyongyang los tiene muy de cerca. Tiene frontera común con Corea del Sur y el siguiente blanco, Japón, está al lado.

Nadie quiere un nuevo conflicto bélico en la península de Corea. Tanto Corea del Norte como Corea del Sur se han acostumbrado al actual status quo inestable. No hay paz ni guerra, mientras que ambos países están fortaleciendo sus Ejércitos. A finales de los 90, tras una hambruna, Corea del Norte experimentó cambios drásticos y varios expertos plantearon una hipótesis de que Corea del Norte entraba en la etapa de economía de mercado. Pero las élites norcoreanas siguen manteniendo su sistema obsoleto, mientras que Corea del Sur no se apresura a promover procesos integracionistas. Y es comprensible.

A principios de los 2000, los expertos estimaron que los gastos en la reintegración de Corea del Norte en la economía de Corea del Sur serían de 1,5 billones de dólares como mínimo, lo que equivalía al Producto Interior Bruto (PIB) bianual de la República de Corea. Esto fue irrealizable, aun en condiciones de crecimiento económico.  Así las cosas, los Ejércitos de las dos Coreas desempeñan un papel muy importante y los dispendios militares representan un lastre demasiado pesado para los contribuyentes norcoreanos y surcoreanos que en el pasado eran un pueblo unido.
 
Fuente: http://desarrolloydefensa.blogspot.com/

Comentarios