Defensa deniega o rebaja el 84% de las medallas pedidas por la guerra afgana.


La guerra de Afganistán es, como dice la ministra Chacón, la misión «más dura, compleja y arriesgada» de cuantas ha desarrollado el Ejército. Ahí está la cifra de muertos (9 y la nada desdeñable cantidad de cruces al mérito militar con distintivo rojo que se han otorgado por la misión. De éstas sólo se publicitan las que se otorgan a aquellos que caen durante el desarrollo de patrullas en Afganistán; las de los que sobreviven a ataques y demuestran un innegable valor frente al enemigo no trascienden de las páginas de Boletín Oficial del Estado.

Detrás de esas que aparecen en el Boletín hay otras muchas que el Ejército solicita y que Defensa rechaza o rebaja. Historias de heroicidades, de actos que para sus mandos eran merecedoras de reconocimiento pero que caen en el olvido en cuanto llegan a Madrid. El ejemplo más claro lo tenemos en la rotación que sirvió en Afganistán entre diciembre de 2010 y abril de este año. 36 efectivos de ese contingente, compuesto principalmente por la Brigada Ligera Aerotransportable, fueron propuestos para diversas recompensas por sus actos en el país asiático. De ellos, 22 vieron como se quedaban sin ningún tipo de distinción; a 8 les fueron rebajadas las condecoraciones a categorías inferiores; sólo 6 fueron premiados con la medalla solicitada por sus mandos.


Las peticiones de cruces al mérito militar con distintivo rojo se elevaron a 13; fueron concedidas dos, a dos capitanes (el 15%). Las de citación en la Orden General sumaban 18 y fueron concedidas 8 (el 44%). Cruces al mérito militar con distintivo amarillo se pidieron 5 y se otorgó una (el 20%). Y cruces al mérito militar con distintivo azul se otorgaron 3 pese a no haber ninguna solicitud. En total, el 84 por ciento de las solicitudes acabaron en la papelera o rebajadas. 

Tras esas estadísticas hay historias de soldados que se jugaron la vida por la misión demostrando un valor evidente. En diciembre pasado, un cabo perteneciente a un equipo de tiradores que estaba sufriendo el cuarto ataque consecutivo decide salir de su pozo en medio de fuego intenso de ametralladora pesada; con los disparos persiguiéndole recorre 30 metros hasta la ametralladora más cercana y corrige el tiro para anular al enemigo. Otro cabo, en esa misma posición decide adelantar y exponer su posición en medio del ataque para lograr anular al enemigo, causando incluso bajas. Exactamente el mismo caso que su compañero, otro cabo. Un sargento, también en esa posición, corre 80 metros bajo fuego enemigo para informar a su jefe de unidad de la posición de diferentes objetivos. Esa información permite batirlos con eficacia. Sólo el primero y el último de estos cuatro casos, ambos propuestos para la cruz al mérito militar con distintivo rojo y valor acreditado recibieron una citación en la orden general. Unos días antes, dos cabos en su turno de descanso ocupan posiciones ante un ataque responden con eficacia al ataque.

Jugarse la vida
Un mes después, un cabo y un soldado logran desactivar un artefacto explosivo improvisado (IED por sus siglas en inglés) de forma manual y mientras sufrían un hostigamiento. Unos días después, otro cabo, junto a una soldado, cuya unidad estaba recibiendo el ataque de un grupo de insurgentes responden con eficacia y serenidad, suprimiendo el fuego enemigo y facilitando la evacuación médica de un herido. Otros dos soldados, en este caso tiradores, se desplazan bajo fuego enemigo para buscar una mejor posición desde la que contrarrestar el ataque. Los cuatro fueron propuestos para la cruz al mérito militar con distintivo rojo. No se les concedió ningún reconocimiento. Tampoco se le concedió la máxima condecoración al tirador que abatió al Mullah Rashid, el responsable de muchos de los ataques que sufrían las tropas españolas. Se le dió una citación en la Orden General.

Estas breves historias corresponden a militares que se jugaron la vida en Afganistán. Como ellos otros muchos en el día a día de la misión que tampoco ven recompensadas sus acciones.

Los héroes de Echo
De las dos únicas cruces al mérito militar con distintivo rojo concedidas al contingente desplegado en Afganistán entre diciembre y abril, una fue al capitán Pedro López de Lis. En una de las rutas vitales para la provincia, sus tropas sufrieron constantes ataques durante días. Ganaron la batalla por la posición.

http://www.larazon.es

Comentarios