Obama dice que el coste de la guerra es muy alto.


El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo el domingo que mucho ha cambiado para los estadounidenses una década después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, con la nación inmersa en guerra, una recesión económica, y divisiones políticas, mientras que "el coste de la guerra es muy alto".

"Hace diez años, Estados Unidos vivió una de las noches más oscuras de nuestra historia", señaló Obama en el Centro Kennedy, en Washington, en su único discurso de conmemoración del décimo aniversario de los atentados del 11-S.

"Durante la década (que ha pasado) desde entonces, mucho ha cambiado para los estadounidenses", indicó. "Hemos vivido guerras y recesión económica, ardientes debates y divisiones políticas. No podemos traer de vuelta las vidas que perdimos ese día, ni las vidas de los estadosunidenses que hicieron el mayor sacrificio en las guerras posteriores".

Horas antes, el presidente participó en las ceremonias conmemorativas celebradas en la ciudad de Nueva York, y en Shanksville (Pensilvania), tras lo cual presentó una ofrenda floral en el Monumento del Pentágono. No pronunció ningún discurso, y sólo leyó pasajes de la Biblia durante la ceremonia de Nueva York.

"Dos millones de estadounidenses han ido a guerra tras los atentados del 11 de septiembre. Ellos han demostrado que los que nos hacen daño no se pueden esconder del alcance de la justicia, en ningún lugar del mundo", dijo Obama ante su audiencia en el Centro Kennedy, donde se celebró el Concierto para la Esperanza en conmemoración del décimo aniversario de los atentados.
"Los sacrificios de esos hombres y mujeres, y de las familias de nuestro Ejército, nos recuerdan que el coste de la guerra es muy alto, y que si bien su servicio a nuestra nación está lleno de gloria, la guerra en sí misma nunca es gloriosa", señaló el presidente.
Un día como hoy hace diez años, los terroristas de Al Qaeda secuestraron cuatro aviones de pasajeros, estrellando tres de ellos contra las torres gemelas del World Trade Center en la ciudad de Nueva York y el Pentágono, mientras que el cuarto avión se estrelló en un campo de Shanksville, en Pensilvania.

Los atentados del 11-S causaron la muerte de cerca de 3.000 personas y son considerados los peores ataques perpetrados en territorio estadounidense. El Gobierno de George W. Bush comenzó dos guerras, una en Afganistán y otra en Irak, en 2001 y 2003 respectivamente, en respuesta directa a los ataques del 11-S, tras anunciar una "guerra global contra el terrorismo".

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