Gas ruso a cambio de paz coreana.


Gas a cambio de paz. Ésta es la iniciativa con la que Rusia espera sacar del atolladero las negociaciones nucleares coreanas. A Occidente se le han agotado las ideas y la voluntad política para persuadir al régimen estalinista de Corea del Norte de que renuncie a sus ambiciones nucleares. Mientras, China parece cómoda con la alta tensión en el paralelo 38. Por eso, Moscú ha decidido tomar la iniciativa.

Corea del Norte ya se comprometió en los históricos acuerdos de febrero de 2007 en Pekín a iniciar el proceso desnuclearización de su territorio a cambio del envío de combustible. No obstante, todo se fue al garete cuando Pyongyang efectuó varios ensayos nucleares subterráneos que fueron condenados por toda la comunidad internacional. ¿Por qué en esta ocasión iba a ser diferente?

La propuesta rusa no sólo consiste en el suministro de gas por parte del gigante Gazprom, sino en el tendido de un gasoducto que cruzaría toda la península coreana de norte a sur. Sería un ramal del conducto que une Jabarovsk con Vladivostok y la isla de Sajalín (océano Pacífico). Según el diario ruso "Moskovskie Nóvosti", una delegación de Gazprom viajó a principios de julio al "Reino Ermitaño" para abordar este asunto.

La iniciativa del Ministerio de Exteriores ruso ha recibido el visto bueno del Kremlin. Y es que Rusia lograría un gran tanto diplomático si Pyongyang aceptara la propuesta rusa antes de la cumbre de la APEC en septiembre de 2012 en Vladivostok. La prensa occidental incluso informó sobre una posible visita del líder norcoreano, Kim Jong-il, a Rusia, pero ésta nunca se llegó a consumar.

Por otra parte, se debe tener en cuenta que Gazprom no actúa como el buen samaritano, ya que la corporación rusa lleva años esperando que arreglo de la crisis nuclear le permita suministrar gas a Corea del Sur. Para ello, debe recibir el visto bueno de los norcoreanos, con los que Rusia comparte apenas 20 kilómetros de frontera.

Moscú y Seúl firmaron hace varios años un memorándum para el suministro de gas que no se hará realidad hasta que Pyongyang de su beneplácito para el tránsito. Al parecer, Corea del Norte estaría dispuesta a aceptar la propuesta, que le permitiría recibir varios miles de millones de metros cúbicos de gas gratis o a un precio subsidiado. No obstante, aún queda en el aire quién asumiría el coste del tendido del gasoducto. Por ejemplo, Gazprom está construyendo por su propia cuenta y riesgo un gasoducto entre Rusia y Osetia del Sur, región separatista georgiana cuya independencia ha sido reconocida por Moscú.

En caso de que la propuesta de gas a cambio de paz prosperara, también podría reanudarse el tendido de la vía férrea transcoreana, ambicioso proyecto que se encuentra actualmente paralizado. De hecho, el consorcio Ferrocarriles de Rusia ya ha reiniciado la construcción de un vía entre la frontera rusa y el puerto de Rajin. Recordemos que ese puerto oriental norcoreano es gestionado por rusos y chinos. Rusia, que tiene derecho a utilizar el puerto durante medio siglo, confía en que la modernización de sus instalaciones le permitan exportar crudo y otras materias primas a los países de la zona.

La propuesta rusa llega precisamente cuando representantes ministeriales de ambas Coreas se reunieron por vez primera en mucho tiempo en el marco del foro de seguridad de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en Indonesia. La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, volvió a insistir en que Pyongyang se comprometa con una "desnuclearización irreversible"
antes de reanudar las negociaciones multipartitas (ambas Coreas, EEUU, Japón, China y Rusia). No obstante, todos los analistas coinciden que estas palabras se las llevará el viento si Pyongyang no recibe contrapartidas en forma de suministros energéticos.

Otro de los obstáculos que impiden la reanudación de las negociaciones es el hundimiento en marzo de 2010 de la corbeta surcoreana "Cheonan", en el que murieron sus 46 tripulantes, ataque que Seúl atribuye a un torpedo norcoreano, algo que Pyongyang niega. Mientras EEUU y Japón respaldan la postura de Seúl de que Pyongyang reconozca su responsabilidad, Rusia y China abogan por pasar página por el bien de la paz en el Noreste asiático.

Por su estratégica localización geográfica, Irán ha centrado todas las miradas de Occidente durante los últimos tres años. No obstante, pocos dudan de que Corea del Norte merece la misma atención, ya que el régimen comunista es más imprevisible que nunca, pues los militares no han hecho sino aumentar su poder desde que la enfermedad del líder norcoreano pusiera en marcha el proceso de sucesión. Sin olvidar que los norcoreanos siguen vendiendo a diestro y siniestro tecnología de misiles y material nuclear a regímenes denostados por Occidente, la principal fuente de divisas para Pyongyang.

Por todo ello, la propuesta rusa podría ser la última oportunidad de lograr una solución diplomática para la crisis coreana. De lo contrario, la paz coreana será una misión imposible y el paralelo 38 seguirá siendo una amenaza para la seguridad mundial.

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