La OTAN adiestró a saboteadores para infiltrar y explotar 'mochilas nucleares' en la URSS.

La OTAN adiestró a saboteadores para infiltrar y explotar 'mochilas nucleares' en la URSS

Los saboteadores nucleares de la OTAN estaban preparados para infiltrarse en países del Pacto de Varsovia, incluida la URSS, y accionar 'mochilas nucleares' de 60 kilos de junto a instalaciones estratégicas de la URSS, según 'Foreign Policy'. Allá por 1964 el Ejército estadounidense recibió un arma con el aspecto de una mochila pero que encerraba una enorme carga, la munición nuclear B-54 SADM, es decir, una pequeña bomba atómica de demolición. 

El mando militar y político estadounidense planeaba usar estos explosivos para destruir infraestructura de importancia crítica en los países del Pacto de Varsovia, según la revista 'Foreign Policy'. El dispositivo SADM era una bomba de 45 centímetros y 30 kilos de peso que cabía en una mochila y estaba protegida por una cápsula de aluminio y fibra de vidrio. Su potencia era de aproximadamente un kilotón, o sea el equivalente a unas mil toneladas de TNT (la bomba 'Fat Man' que destruyó la ciudad de Nagasaki tenía una potencia de 13 kilotones). Si bien esta mochila no era capaz de destruir ciudades enteras, sí al menos podía acabar con todas sus infraestructuras críticas. Según el plan concebido por el Pentágono, las bombas nucleares deberían ser colocadas en territorio de países europeos de la OTAN en caso de ofensiva soviética. Además, se contemplaban preparativos para operaciones de sabotaje en Europa del Este, razón por la que unidades especiales de Estados Unidos se preparaban para llevar a cabo estas operaciones en el territorio del Pacto de Varsovia. El artefacto era tan pesado que un par de hombres debían ayudar al portador para avanzar con él por el terreno. 


Estaba provisto de un sistema de activación analógico y mecánico (para evitar pulsos electromagnéticos), hecho que provocaba cierta incertidumbre respecto a su activación, pues estimaban que podía atrasarse hasta 8 minutos y adelantarse hasta 13. De hecho, los portadores de la bomba habrían de actuar en una misión prácticamente suicida. Los miembros de grupos subversivos se entrenaban en el manejo de estas bombas en Fort Benning, en el Estado de Georgia. Cabe destacar que cada comando disponía de otra bomba pensada para destruir la munición nuclear para que ésta no cayera en manos de soldados soviéticos. La explosión de la bomba convencional solo destruía la bomba nuclear, provocando la contaminación radioactiva del terrero, pero no una explosión atómica. "Cuando cayó el Muro de Berlín fuimos y destruimos algunas de estas municiones en sus escondites [en el territorio de algunos estados del Pacto de Varsovia]", según declaró a 'Foreign Office' Bill Flavin, el exjefe del 'comando nuclear'. Según él, todas las armas se encontraban en sus lugares listas para ser usadas. En 1989, todos los SADM fueron dados de baja y en la década de 1990 fueron eliminados bajo la supervisión de militares rusos, que también entregaron sus 'bombas del Juicio Final'. 

¿Qué fue de los maletines nucleares soviéticos? 
Durante toda la década de los 90 del siglo pasado e incluso más tarde circularon muchos rumores sobre la amenaza del terrorismo nuclear y sobre la posible pérdida de estos artefactos en Rusia, a raíz de la supuesta pérdida de control sobre estas armas nucleares tras la desintegración de la URSS. Sin embargo, la existencia de dispositivos soviéticos análogos se mantiene hasta la fecha en secreto, pese a las numerosas especulaciones. Dispositivos nucleares portátiles, llamados a menudo 'maletines nucleares', atrajeron la atención de la opinión pública entre 1997 y 1998, a raíz de las declaraciones formuladas por fallecido exgeneral y político ruso Alexander Lebed acerca de que varias de estas armas nucleares habrían desaparecido (sin que a día de hoy existan pruebas o estén disponibles públicamente). 

Las consecuencias políticas, psicológicas y económicas de la explosión de un artefacto nuclear portátil serían mucho más graves que, por ejemplo, las consecuencias de la explosión de una 'bomba sucia', es decir, una bomba convencional, pero cargada de materiales radiactivos. Pero pasan años, en todo el mundo se perpetran numerosos actos terroristas, y quizá esto sea la prueba más fehaciente de que ningún grupo terrorista se hizo con un dispositivo nuclear. 


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