Un simulacro militar estuvo a punto de provocar una guerra nuclear en 1983.

Unos documentos desclasificados muestran lo cerca que estuvo la Unión Soviética de lanzar un ataque contra el Reino Unido y EE.UU. en 1983, tras malinterpretar unos ejercicios militares de la OTAN y considerarlos el inicio de un ataque atómico. Los ejercicios militares llevados a cabo en el marco de la Operation Able Archer (Operación Arquero Capaz), realizados en Europa en noviembre de 1983 por EE.UU. y sus aliados de la OTAN, fueron tan realistas que los soviéticos casi creyeron en la posibilidad de que se estuviese iniciando un ataque nuclear sobre su territorio. 

"La Guerra Fría se describe a veces como un 'equilibrio de poder' estable entre el este y el oeste, pero la historia de Able Archer muestra que en realidad se trataba de un período sorprendentemente peligroso en el que el mundo estuvo al borde de una catástrofe nuclear en más de una ocasión", explicó al diario 'The Guardian' el director de la organización Servicio de Información Nuclear, Peter Burt. "Estos documentos recogen un momento crucial en la historia moderna", señala Burt, responsable de la desclasificación de los documentos, que solicitó amparándose en la Ley de Libertad de Información. Los hechos sucedieron poco después de que el entonces presidente estadounidense Ronald Reagan bautizara a la URSS como 'El Imperio del Mal', tras haber abatido un avión comercial surcoreano que se había desviado de su ruta programada y había penetrado en el espacio aéreo soviético. En cuanto comenzaron los juegos de guerra Able Archer, el Kremlin ordenó equipar con armas nucleares a varios aviones que se encontraban en los hangares de Alemania Oriental y Polonia y enviar submarinos soviéticos con misiles balísticos nucleares a que se ocultaran bajo el hielo del Ártico. Además, puso unos 70 misiles SS-20 en estado de alerta. Inicialmente la OTAN y sus aliados pensaron que la respuesta soviética eran otros ejercicios de guerra llevados a cabo por la URSS. 

Sin embargo, los documentos secretos revelan que los rusos creyeron en un principio que los ejercicios militares eran el preludio de un ataque nuclear contra su país, por lo que en realidad se estaban preparando para la guerra. Robert Armstrong, el entonces secretario del Gabinete del Gobierno británico, informó a la primera ministra Margaret Thatcher que la respuesta de los soviéticos no parecía ser un ejercicio, ya que se llevó a cabo durante un día festivo importante en la URSS, contaba con alertas y actividad militar real y se limitaba geográficamente a la zona donde la OTAN llevaba a cabo sus ejercicios, es decir, el centro de Europa. El rotativo británico indica que fue el desertor soviético Oleg Gordievsky quien facilitó gran parte de la información a los servicios de inteligencia. "El alarmado Gobierno de Thatcher se dio cuenta [en ese momento] de que la Guerra Fría tenía que llegar a su fin y comenzó a convencer a sus aliados estadounidenses de lo mismo", afirmó Burt al rotativo. Tal fue la gravedad que, según el exdirector de la Organización Conjunta de Inteligencia de Australia, Paul Dibb, "el ejercicio de1983 supuso una amenaza más grave que la crisis de los misiles cubanos de 1962". "Able Archer podría haber provocado una definitiva catástrofe no intencionada", agregó. 

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