Japón se defenderá con misiles balísticos.


El Ministerio de Defensa de Japón ha comenzado a valorar la posibilidad de crear misiles balísticos propios, de cuatrocientos a quinientos kilómetros de alcance, los cuales son necesarios para defender de una posible invasión a las islas Senkaku, reclamadas también por China. Según informaciones del periódico Sankei, el plan detallado del proyecto debe ser presentado en julio, en los marcos de la revisión del programa previsto a largo plazo de seguridad nacional. En caso de ser aprobado por el Parlamento, el año próximo podrían comenzar ya las labores de la creación de nuevos misiles balísticos. Se planea emplazar los misiles en Okinawa. El tiempo de su vuelo desde allí hasta Senkaku es de unos cinco minutos. De ser materializado este proyecto, sería el primer caso en el que las Fuerzas de Autodefensa de Japón estarían pertrechadas de armamento ofensivo de largo alcance. 

El experto ruso Dmitri Strelzov no ve en esta medida del Gobierno de Tokio nada inesperado ni sorprendente: –La decisión del Gobierno de Japón de iniciar la creación de misiles balísticos de medio alcance es una medida esperada y perfectamente lógica que se ajusta a una política acometida desde hace tiempo por el Gobierno de incrementar el potencial militar del país. Llama la atención el hecho de que, desde el año pasado, fue proclamada la necesidad del mantenimiento del potencial bélico suficiente para ataques a bases militares enemigas, más allá de las fronteras del país. En primer lugar, se trata de instalaciones militares en el territorio de Corea del Norte. Pero, esta tarea podría ser interpretada en un sentido más amplio. A saber, Japón está pasando de una doctrina puramente defensiva a una preventiva y ofensiva. Este es un cierto giro cualitativo en la política de defensa de Japón. Todo parece indicar que esta política seguirá avanzando. Dmitri Strelzov manifestó la seguridad de que el proyecto será respaldado en el Parlamento nipón. El gobernante Partido Liberal Demócrata logrará convencer a su pacifista aliado, el partido Komeyto de la necesidad de aprobar las decisiones sobre la producción de misiles propios de alcance medio. 

Los argumentos son evidentes: el agravamiento de la situación en el noreste de Asia, tanto en relación con los programas militares de Corea del Norte como con la activación de las exigencias de China sobre la devolución de las islas Diaoyu (o Senkaku como las denomina Tokio). Es evidente que si Japón se empeña en hacerse con misiles propios de medio alcance no es para lanzarlos contra China a la primera de cambio. Strelzov considera que, en primer lugar, es un medio de disuasión. El experto no ve razones para temer que la producción de misiles balísticos vaya a empujar a Tokio a la creación de armas nucleares. Aunque hace tiempo que Japón se atiene a la táctica del mantenimiento de un potencial científico técnico suficiente como para crear una bomba atómica y dispone de la cantidad necesaria para ello de materiales fisionables, Japón no se plantea este asunto en un futuro inmediato. Además de que EEUU también se opone a que Japón se convierta en una potencia nuclear. Strelzov confía en que China reaccione con la serenidad suficiente ante el propósito de Japón de disponer de nuevos misiles balísticos. Sin embargo, no se puede descartar del todo el peligro de que China apruebe medidas de respuesta. 

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