Las 5 razones para retirarse del Líbano (cuanto antes).

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Tras la guerra entre Israel e Hizbolá en el verano de 2006, el Consejo de Seguridad de la ONU decidió incrementar la misión UNIFIL, que data del año 1978. España, con José Antonio Alonso como ministro, se comprometió desde el principio con un millar de efectivos. Parecía ser la contrapartida de Zapatero a la comunidad internacional por la abrupta salida de Irak. Era todavía época de “boom” económico. Casis seis años después… ¿es necesario continuar en la misión? He aquí cinco razones para retirarse (cuanto antes).

1. LA MILITAR: Nos lo confesó un alto mando militar español al grupo de periodistas que hicimos la última visita de turno al Líbano con el ministro Pedro Morenés en enero. “La misión se podría empezar a adelgazar. La vigilancia que se hace ahora se puede hacer con menos militares”. Más claro, imposible. 

2. LA ECONÓMICA: España prevé gastar en 2012 unos 173,8 millones de euros frente a los 170,5 millones del pasado año. Con la estrechez presupuestaria existente, sería mejor destinar esta partida a capacidades prioritarias. España, con una inversión del 0,59% del PIB en Defensa, no puede estar desplegada en Afganistán, Yibuti, océano Índico, Uganda y Líbano. Por cierto, el aumento de la partida para este año (3,3 millones), hace prever, al menos, una retirada parcial: más dinero para logística. Es hora de que otros países asuman responsabilidades.

3. LA POLÍTICA: España es el cuarto país contribuyente en número de militares con unos 1.075 efectivos, tras Italia (1.810), Indonesia (1.456) y Francia (1.303). Por cierto, Nepal es el quinto con unos 1.020 efectivos. Ni EE.UU. ni Reino Unido participan. Con estos compañeros de “viaje” (algunos de los cuales lanzan velados ataques a nuestra situación económica)… ¿qué rédito político internacional espera sacar España en una misión de la ONU? Que se nos expliquen claramente si existen. Desengañémonos, más allá del buenismo, las misiones internacionales son ante todo instrumentos de política exterior.

4. LA GEOGRÁFICA, ISRAEL-SIRIA-IRÁN: ¿Alguien cree que si Israel e Hizbolá no vuelven a la gresca se debe a que hay 12.000 soldados desplegados en el sur del país? Oriente Próximo ha sido siempre un polvorín y “el país del Cedro” su paradigma de complejidad. La “guerra civil” de facto en Siria, histórico influyente en Beirut, añade más inestabilidad si cabe a las fronteras. El programa nuclear iraní, principal preocupación de Tel Aviv, añade más incertidumbre. Israel no tomará ninguna decisión (respecto a Hizbolá tampoco) hasta pasadas las elecciones estadounidenses. En unos meses España corre el riesgo de quedar empantanada en un conflicto para el que no ha sido requerida.

5. LA MISIÓN ESTÁ CUMPLIDA: España debe estar orgullosa por la profesionalidad y labor de sus militares en Líbano. Aunque con tensión creciente en la zona y alguna que otra escaramuza, las hostilidades abiertas cesaron. No podemos estar en Líbano toda la vida (como en Afganistán o cualquier otro escenario de conflicto). Queda por ver cuán robusta y frágil es la situación si finalmente la situación estalla en Siria. Entre las actividades de cooperación cívico-militar que llevan a cabo nuestros soldados se encuentran el desminado, clases de español o apoyo sanitario a la población. Sin duda, la misión para la que se nos requirió en 2006 está cumplida. Ahora hace falta una retirada consensuada y acordada con los aliados (Francia e Italia, principalmente).

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