Avances y riesgos en el programa del F-35.


El alto mando del Pentágono ve la solución para abaratar el coste del caza F-35 en sus ventas al exterior. Altos funcionarios del Pentágono resumieron tanto los avances como los riesgos del programa del avanzado caza multifuncional F-35 este miércoles ante el Comité de Servicio Armado del Senado. El teniente general de la Fuerza Aérea Christopher Bogdan, jefe del programa del F-35 de 396.000 millones de dólares (el más caro de la historia) del Pentágono, resaltó que Singapur había mostrado un "gran interés" en este furtivo avión de quinta generación. El general dijo al Comité que espera llegar a un acuerdo con Lockheed sobre el sexto y séptimo lote de F-35 a finales de mayo. Fuentes cercanas dijeron que el futuro contrato supondrá la adquisición de 71 aviones por un importe de cerca de 9.000 millones. 

Además Bogdan destacó que Singapur probablemente decidirá este verano la posibilidad de comprar estos avanzados cazas y señaló que es "cautelosamente optimista" con la posibilidad de que Corea del Sur también se una al programa cuando en junio se anuncie el ganador de una licitación convocada por la Fuerza Aérea surcoreana para adquirir 60 cazas multifuncionales. En el concurso por el contrato participan F-15 Silent Eagle de Boeing y Eurofighter Typhoon, del consorcio europeo EADS, entre otras empresas. Estados Unidos espera que las ventas al exterior del nuevo caza invisible a radares enemigos ayuden a reducir el costo del avión, que ha crecido considerablemente desde el inicio del programa, en 2001, y aumentar aún más los recortes presupuestarios del Pentágono. Los aliados de Washington en Asia están particularmente interesados en el nuevo avión de Lockheed, dada la aparición en China de dos nuevos aviones de combate en los últimos 22 meses, de acuerdo con funcionarios de defensa estadounidenses. 

Según el encargado de compras de la Fuerza Aérea, el teniente general Charles Davis, China podría haber utilizado datos de las redes informáticas estadounidenses no clasificadas para diseñar y construir esos aviones, aunque dijo que las prestaciones de los aviones chinos probablemente no estén a la altura de los de los F-35 y F-22, ambos desarrollados por Lockheed. Tanto Bogdan como otros mandos militares y senadores, señalaron que se sienten alentados por los indicios de un progreso en el programa pero siguen preocupados por las proyecciones de los costes de operar los nuevos aviones en los próximos cinco años. Cabe recordar que Bogdan causó sensación a principios de este año al acusar a Lockheed y Pratt & Whitney (fabricante de motores) de estar más centrados en los beneficios a corto plazo que en el futuro a largo plazo del programa. Según el general, el mayor reto del programa es terminar el desarrollo de la versión final del 'software' del avión. Bogdan señaló que ve "cierto riesgo" de que el software Block 3F, en desarrollo en Lockheed, se retrase más allá de finales de 2017, cuando la Fuerza Aérea comience a usar los F-35 en operaciones militares. 

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