Navantia y la Armada Bolivariana venezolana avanzan en un acuerdo técnico para construcción de nuevos buques.

Buque oceanográfico BAM

El 18 de julio, en la sesión de control al gobierno, el ministro español de Defensa, Pedro Morenés, defendió en el Congreso de los Diputados la venta de material y equipamiento militar a Venezuela, y aseguró que Chávez es un gran amigo de España. Admitió que existen problemas con la venta de equipos militares a ese país que contengan componentes estadounidenses, como sucedió en 2005, cuando EEUU impidió la venta de doce aviones de transporte fabricados por EADS-CASA, al negar el permiso de exportación de equipos fabricados en EEUU. Sin embargo, el contrato para la venta por Navantia a la Armada Bolivariana de cuatro patrulleros oceánicos y cuatro de vigilancia del litoral no tuvo esos problemas. Este contrato, de marzo de 2005, supuso una inversión de 1.200 millones de euros y más de 5 millones de horas de trabajo, lo que significó la revitalización de los puertos de Cádiz en estos siete años.

Asimismo, Morenés informó de que una delegación de Navantia se encontraba esos días en Caracas para intentar vender nuevos productos al gobierno de Chávez. Chávez, haciendo referencia a lo dicho por el ministro español de Defensa, Pedro Morenés, en su comparecencia en el Congreso, expresó: "Yo me alegro mucho que el ministro de Defensa de España dijo que era buen amigo de Venezuela". Asimismo, reiteró su agradecimiento al ex ministro de Defensa de España, José Bono, por haber hecho posible que, a pesar de las dificultades, se firmara en 2005, el contrato con Navantia para la construcción de los ocho patrulleros. El presidente Chávez, durante los actos de conmemoración del Día de la Armada Bolivariana, el 24 de julio, en los que participaron los patrulleros construidos por Navantia, manifestó que Venezuela desea continuar trabajando con la empresa estatal española Navantia, en materia de nuevas construcciones navales y advirtió que para ello es necesario "tener buenas relaciones políticas".

También se refirió a la visita que el presidente de Navantia realizará a Venezuela, donde se procederá a la puesta de quilla del cuarto patrullero de vigilancia de litoral, Tamanaco (GC-24), que tendrá lugar en los astilleros de la empresa Diques y Astilleros Nacionales C.A. (Dianca) de Venezuela, en Puerto Cabello. Las negociaciones entre Navantia y la Armada Bolivariana para la construcción de nuevos buques se han mantenido durante varios años, señalando en la entrega del tercer patrullero oceánico, clase Avante 2400, en diciembre de 2011, que había una oferta de ampliación del programa en curso para la construcción de otros cuatro buques, dos oceánicos (clase Avante 2400) y dos de vigilancia del litoral (Avante 1400). La misión comercial de Navantia a la que se refirió el ministro Morenés regresó de Venezuela muy satisfecha con el resultado de las negociaciones llevadas a cabo con el gobierno de Hugo Chávez, que está dispuesto a seguir con nuevos contratos, pero quiere del gobierno español un pacto político. Actualmente, Venezuela está interesada en la adquisición de buques oceanográficos similares a los BAM fabricados para la Armada española y en que Navantia se encargue del mantenimiento e inspección de su flota naval.

Por su parte, el presidente del comité de empresa del astillero de Navantia en San Fernando, José Antonio Oliva, indicó que Navantia estaba "en conversaciones directas" con Venezuela y que estaba concretado un acuerdo técnico, lo que facilitaba que pudiera producirse un acuerdo económico, quedando "pendiente de un acuerdo político", que creen "factible en el momento en el que el Gobierno exprese su apoyo oficial" al proyecto. El cierre del acuerdo podría suponer la construcción de un Buque Oceanográfico, la modernización de otro y también podría incluir la fabricación de un dique flotante. Oliva subrayó que, aunque este contrato no suponga un "gran volumen de carga de trabajo para muchos años, sí que daría un respiro y una tranquilidad", máxime por estar "muy repartido" entre los astilleros de Navantia de la bahía de Cádiz. Además, daría margen para cerrar otras acciones comerciales que ha emprendido Navantia y que tendrían que definirse "a medio plazo". 

Fuente: http://www.revistatenea.es/

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