Ahmadineyad, «el pato cojo».

Ahmadineyad, «el pato cojo»

La victoria conseguida —según resultados provisionales— en las elecciones parlamentarias iraníes por los diversos grupos favorables al líder espiritual, el ayatolá Alí Jamenei, pone en la cuerda floja al presidente Mahmud Ahmadineyad, a quien muchos consideran un «pato cojo», es decir, un presidente que ya solo lo es de nombre y que tan solo aguarda su salida del poder.

En el mismo sentido, ha sido significativo el triunfo obtenido por el presidente del Parlamento, Alí Lariyani, en la ciudad sagrada de Qom, sede de las principales escuelas chiíes que supervisan la vida social y política del país. Aliado a los ultraconservadores de Jamenei, Lariyani se perfila como la figura que podría reemplazar a Ahmadineyad. Aunque, para dejar bien atado el futuro, los seguidores de Jamenei quieren hacer previamente una reforma por la que el presidente sería sustituido por un primer ministro con poderes reducidos. Así se acabaría con la dualidad que, a menudo, ha afligido a la vida política iraní, en la que el líder espiritual y el presidente han pugnado ferozmente por preservar sus esferas de poder.

Según el Ministerio del Interior, la participación en los comicios, con alrededor del 85 por ciento de los colegios escrutados, era de un 64,2 por ciento, bastante más alta de lo previsto, lo que el régimen interpreta como un aval popular a su postura en sus disputas con Occidente. Asunto diferente es el grado de escepticismo con que se puedan acoger las cifras oficiales de participación facilitadas por el régimen. En todo caso, se puede interpretar la victoria de Jamenei como confirmación de que la república islámica mantendrá una política, como mínimo, de extraordinaria firmeza en su programa nuclear y disputas con Estados Unidos y Europa. Según PressTV, ya se habrían adjudicado 150 de los 290 escaños del Parlamento. Y de estos tan solo diez irían a leales a Ahmadineyad.

Fuente: http://www.abc.es

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