"No son amigos, sino enemigos de Siria".


El escenario que proponen los "amigos de Siria" junto con la Liga Árabe llevará al país a una guerra. De eso está convencido el jefe del comité parlamentario ruso de Asuntos Exteriores.

"No son amigos, sino enemigos de Siria. Son solo amigos de la oposición", dijo Alexéi Pushkov, quien acaba de regresar de Damasco.
"Por alguna razón son solo a las autoridades sirias a las que llaman que depongan armas mientras que la oposición puede hacer lo que se le antoja", dijo el parlamentario. El funcionario también está convencido de que los opositores reciben armas desde el extranjero. Este viernes en Túnez se inaugura una conferencia del grupo de amigos de Siria. Rusia y China se abstuvieron de acudir, ya que sospechan que los participantes tomarán decisiones basadas en la unilateralidad. Los dos mayores grupos opositores han recibido invitaciones a esta conferencia a diferencia de los representantes de Damasco.
Objetivos de la reunión
Los vientos de la diplomacia internacional han soplado con distinta intensidad a lo largo del conflicto sirio aunque, habitualmente, siempre en una misma dirección: estrangular al régimen de Bashar al Assad tanto política como económicamente ha sido el principal objetivo de Occidente y de varios países árabes. Precisamente, la reunión de este viernes de los llamados "amigos de Siria" representa una vuelta de tuerca en la presión sobre Damasco. En la capital tunecina unos 70 países acudirán a la cita. Entre ellos, Francia, el Reino Unido y Estados Unidos. Su propuesta es crear un corredor humanitario y diseñar una transición democrática como paso previo a la renuncia del presidente sirio. Desde la Casa Blanca comienzan a dar muestras de impaciencia sobre la falta de consenso en el Consejo de Seguridad de la ONU.

"El régimen está haciendo la guerra contra su propia gente, que está llevando a las familias a sufrir en ciudades sitiadas y que ha arrastrado al país al caos.  No podemos permitir la obstrucción de unos pocos países que evitan que la comunidad internacional acuda en ayuda de los sirios", recalcó la secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton. Sin embargo, los ausentes en Túnez, como Rusia y China, consideran que no se puede analizar el conflicto desde un solo lado. La violencia ha golpeado a miles de civiles, pero también a casi 3.000 militares. Por ello, para crear espacios de diálogo, Moscú y Pekín, creen que se deben sentar a la misma mesa tanto el gobierno como la oposición. Un hecho que no ocurrirá en Túnez.

"Estamos preocupados por el documento final que se firmara en esta reunión. Hemos recibido información de que un grupo reducido de países han trabajado ya en las conclusiones, sin darle conocimiento a otras naciones que están invitadas, y que solo servirán para estampar su firma", dijo el portavoz de la Cancillería rusa Alexánder Lukashévich.

Esfuerzos diplomáticos en vano
Las dos resoluciones en el Consejo de Seguridad de la ONU contra Siria resultaron fallidas. Las sanciones económicas de EE. UU. y la Unión Europea han afectado su situación financiera, pero también han implicado la diversificación de sus socios comerciales.

Por su parte, la política de la Liga Árabe tampoco ha tenido mayor éxito. Su plan sobre Siria ha inspirado la segunda resolución presentada por Marruecos, vetada por Rusia y China en Naciones Unidas. Y la intermediación de un grupo de observadores del organismo panárabe fue suspendida. De acuerdo a fuentes cercanas al Gobierno, el principal quebradero de cabeza del régimen sirio proviene del financiamiento a la oposición por parte de distintos países extranjeros. Un financiamiento que está dando oxígeno al pulmón económico de los grupos armados insurgentes. Algunos analistas resaltan que este conflicto refleja los intereses de muchas naciones y se trata de una crisis muy diferente a las otras revueltas que ocurrieron en el mundo árabe.

"A pesar de que Siria es una nación pequeña, este país significa la puerta para importantes cambios geopolíticos en la región, lejos de lo que existía en Egipto o en Libia", explicó el analista político Mazen Bilal. En ese sentido, muchos ciudadanos sirios dudan de las buenas intenciones de reuniones como la de "los amigos de Siria". Desde los años 70 y tras la guerra con Israel, el régimen sirio se ha acostumbrado a soportar la presión política y las sanciones que provienen del extranjero. Sin embargo, tras los continuos movimientos diplomáticos de los últimos meses, lo que se avecina puede ser un verdadero temporal.

Fuente: http://actualidad.rt.com

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