El Ejército de Tierra envía a Kazajstán a un grupo de militares de alta montaña para investigar cómo influye la altura en los soldados y probar equipos en frío extremo.

 
 
Un equipo del GMAM -Grupo Militar de Alta Montaña- se encuentra ya en el sureste de Kazajstán, cerca de las fronteras con China y Kirguistán. Su objetivo es ascender por la cara norte de la montaña, con una altura superior a los 7.000 metros, que se encuentra más próxima al círculo polar: el Kahn Tengri.

El contingente está formado por seis integrantes: un comandante encargado de liderarla, un teniente médico, un brigada especialista en alimentación, un sargento primero especialista en transmisiones y electrónica, un sargento primero encargado de materiales y un cabo.
En el transcurso de la expedición, que tendrá una duración de casi un mes, los militares españoles participarán en investigaciones científico-tecnológicas en colaboración con la Universidad de Zaragoza. Analizarán cómo afecta la altura al cerebro de los soldados y cómo influyen las características de la nieve en la búsqueda de supervivientes tras una avalancha. Además, desarrollarán técnicas y dispositivos de búsqueda con Aparatos para Rescate de Víctimas de Avalanchas –ARVAS- en la montaña.

También aportarán datos sobre “prevención y formación”, “patología” y “psicología y salud” al grupo Salud y Seguridad de la Montaña, pionero en España.
Durante el ascenso, los soldados utilizarán materiales piloto -todavía en pruebas- que en un futuro cercano quedarán integrados en el Ejército de Tierra. Del equipo, en fase de experimentación en condiciones extremas, cabe destacar una mochila con un tamaño ligeramente superior a la mochila de combate del Ejército, que cuenta con un sistema de anclajes que permite hacer distintas composiciones para poder repartir el peso de manera óptima gracias a una serie de cintas longitudinales. También se probará un nuevo modelo de saco de dormir que está especialmente diseñado para soportar temperaturas bajo cero.

Raciones de comida para condiciones extremas
Gracias a las condiciones hostiles del terreno, el Ejército aprovechará para experimentar con nuevas raciones de comida. Se caracterizan por una rápida elaboración y un peso reducido. Los alimentos son a menudo sucedáneos y se encuentran sometidos a un proceso de liofilización. El objetivo es que sean ligeros, de alto contenido energético y con una fácil asimilación por parte del cuerpo humano.
Vea a continuación una ración de cena de la expedición:

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